Biopesticidas: 5 razones para entender su crecimiento en el mercado global
El mercado global de biopesticidas alcanzará un valor de 6,6 billones de dólares en 2022, según la previsión de Markets and Markets, que señala tasas compuestas de crecimiento anual del 15% entre 2016 y 2022. Otras previsiones que maneja la industria son todavía más optimistas y elevan esta cifra hasta el 17%. Para confirmar el alcance de estas perspectivas solo hay que retroceder al pasado más reciente. Entre 2005 y 2010, el mercado mundial de los biopesticidas creció a ritmo de dos dígitos (10%): en esos 5 años, pasó de 670 millones a 1 billón de dólares, según cifras de BPIA, el organismo que agrupa a los principales productores de biopesticidas del mundo.
Los argumentos que impulsan con fuerza las perspectivas de crecimiento del mercado de los biopesticidas hay que buscarlos en el incremento de la demanda global, la creciente adopción de prácticas de agricultura orgánica y los cambios en la legislación internacional. Asia-Pacífico aparece como la región con mayores posibilidades de crecimiento, no solo por sus cifras de población sino también a causa de la superficie para uso agrícola de que dispone.
La potente tendencia social hacia la sostenibilidad y las alternativas naturales coloca en una posición de ventaja competitiva a las empresas que desarrollan esta línea de producción dentro de la industria agrícola. Estas son las 5 razones que impulsan el crecimiento del mercado de los biopesticidas a nivel global.
1.- Necesidades de producción de la agricultura a nivel mundial
Según la FAO la población mundial crecerá un 39% a lo largo de las próximas 2 décadas, hasta alcanzar los 9.100 millones en el año 2050. Para abastecer toda esta demanda será necesario incrementar la producción alimentaria mundial en un 60%. Esta realidad, en el corto y medio plazo, se dibuja en un contexto altamente influenciado por las consecuencias negativas del cambio climático y sus efectos sobre la agricultura en forma de escasez de agua o incremento de la temperatura, entre otros factores.
La agricultura afronta el doble reto de ser más productiva (pronto habrá muchas más bocas para alimentar) y, al mismo tiempo, reducir su impacto sobre el medio ambiente. En este contexto, el uso de biopesticidas para el control de plagas y enfermedades en los cultivos aparece como una alternativa todavía más necesaria frente a los pesticidas químicos convencionales por sus efectos nocivos en la naturaleza y la salud de las personas.
2.- La demanda del mercado y los cambios en la cadena de producción
Los biopesticidas están desarrollados a partir de sustancias de origen botánico y microbiológico. Proporcionan protección natural para los cultivos en la lucha contra plagas y enfermedades, y permiten obtener alimentos sin residuos químicos. Además, los biopesticidas son respetuosos con la fauna auxiliar. El uso de los biopesticidas en agricultura está completamente alineado con las tendencias del mercado que potencian la alimentación saludable sin descuidar la conservación del medio ambiente.
Cada vez más, los consumidores reclaman alimentos libres de residuos. La tendencia es cada vez más potente y el mercado no ha tardado en interpretar todo este movimiento de forma muy evidente. Las cifras así lo confirman: España superó en 2016, por primera vez en la historia, la cifra de dos millones de hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica en concreto 2.018.802 hectáreas. Es un 8,5% más que en 2015. Entre 2012 y 2016, la superficie dedicada a cultivos ecológicos ha crecido un 18,7% en la UE, según datos de Eurostat.
Si se repasa cultivo a cultivo, tan solo hay que detenerse en el vino, un sector clave dentro de la agricultura española. Según datos de Ecovalia, en España se dedican 106.000 hectáreas al cultivo de uva ecológica. Es casi un 11% más que el año anterior.
El cambio también se aprecia en la calle y en la preponderancia que los productos orgánicos han comenzado a tomar en los lineales de tiendas y supermercados. El gigante francés de la distribución Carrefour inauguró el año pasado su primera tienda exclusiva para productos bio en el centro de Madrid. Su llegada se suma a la de otras cadenas especializadas en alimentación ecológica como Oh! My Bio, Veritas o Espacio Orgánico, que recientemente también han desembarcado en la capital.
3.- Los biopesticidas, dentro de las estrategias de los grandes players del mercado
Grandes players internacionales en la distribución de alimentos como Tesco y WalMart se han metido de lleno en la cadena de producción para poder ofrecer en sus lineales alimentos libres de residuos. Esta es la exigencia que, desde hace años, han comenzado a introducir en la relación que mantienen con sus proveedores. WalMart también anunció el año pasado la incorporación que la tecnología blockchain para mejorar la trazabilidad y transparencia en su red de suministro de alimentos.
El uso de biopesticidas en la producción agrícola permite obtener alimentos libres de residuos. Asimismo, en programas de gestión integrada de plagas, la inclusión de biopesticidas en rotación con productos químicos contribuye a reducir los niveles de residuos en los alimentos.
4.- La legislación internacional, alineada con el uso de biopesticidas
La Unión Europea incorporó en 2009 una directiva para la eliminación gradual de una serie de pesticidas químicos utilizados en agricultura. Las políticas de referencia en esta materia corresponden a los gobiernos de Suecia, Dinamarca o Holanda, que poco tiempo después anunciaron medidas para reducir en un 50% el uso de pesticidas químicos en explotaciones agrícolas.
Francia es otro de los países con las políticas más activas en esta materia a lo largo de los últimos años. El principal exponente es el conocido como Plan Écophyto, una iniciativa del Gobierno de la República para reducir a la mitad el consumo de pesticidas en agricultura en el año 2025. Aprobado en 2007, Ecophyto fijó inicialmente el horizonte temporal de 2018 para conseguir los objetivos, aunque posteriormente esta fecha se extendió hasta 2025.
La legislación internacional está alineada con el uso de biopesticidas, aunque el registro de productos fitosanitarios continúa siendo un camino lleno de obstáculos dentro de la industria de los biopesticidas, especialmente para aquellas empresas de pequeño y mediano tamaño que se embarcan en este proceso. El proceso de registro de los biopesticidas es el mismo al que se someten los fitosanitarios químicos convencionales. La inversión, en términos de tiempo y dinero, es elevadísima, lo que ralentiza la llegada de nuevas soluciones al mercado. Además, no existe una armonización de los requisitos a nivel internacional, por lo que los procesos son dispares en función del país en el que se pretende registrar.
5.- Nuevas tecnologías capaces de crear nuevos desarrollos
El crecimiento en el uso de biopesticidas en la agricultura también está respaldado por el desarrollo tecnológico de la industria. A final de los años 90 y comienzos del nuevo siglo XXI se registraron importantes avances en la investigación microbiológica y bioquímica, que más tarde han servido para marcar el camino de la industria. La apuesta en I+D+i ha permitido desarrollar nuevas soluciones con eficacias muy elevadas y mejorar las capacidades de aplicación, conservación y vida útil de los productos.
Seipasa compañía especializada en la formulación, desarrollo y fabricación de biopesticidas, bioestimulantes y fertilizantes, es un ejemplo de aplicación de la investigación y la innovación para la generación de nuevos tratamientos naturales para la agricultura. Pirecris, el insecticida natural para el control de plagas desarrollado a partir de una exclusiva formulación basada en el perfecto equilibrio de las moléculas PI y PII; o Fungisei, el fungicida biológico cuya tecnología patentada permite una formulación líquida a base de microorganismos, son exponentes de esta nueva generación de productos dentro del mercado de los biopesticidas. Fungisei, además, está avalado por el premio al Formulado Más Innovador en los Agrow Awards 2017.