Botrytis en arándano: cuando la prevención lo es todo
Cultivo de arándano.
La botrytis en arándano se ha convertido en una de las grandes amenazas para este cultivo, tanto en campo como en postcosecha. A medida que el arándano gana peso en la superficie cultivada de los países que trabajan esta fruta con destino a la agroexportación, crece la preocupación entre los productores que temen el impacto de una enfermedad que puede provocar pérdidas de hasta el 20% de la cosecha.
La botrytis es el agente causante del moho gris, también conocido como podredumbre del arándano. Es un patógeno difícil de abordar, ya que puede presentarse en cualquier fase del ciclo de cultivo, desde la floración hasta la cosecha e incluso en postcosecha.
Las condiciones para la aparición de la botrytis en arándano se relacionan con una elevada humedad y temperaturas más bien frescas, aunque la enfermedad se desarrolla en un rango de temperaturas muy amplio, desde los 0º hasta los 30 o 35º.
A pesar de que las condiciones ambientales influyen, no solo debemos prestar atención al clima para estar alerta ante una posible infección de moho gris o podredumbre en arándano. La botrytis es un hongo que se adapta bien a la planta huésped para germinar en ella. A esto hay que añadir que el viento, la lluvia y los insectos actúan como diseminadores para trasladar las esporas del patógeno hacia las hojas o el resto de los órganos de la planta.
En otras palabras: en muchas ocasiones, el patógeno ya se encuentra en el campo. Los restos flores que quedan en el suelo actúan como una fuente potencial de inóculo que lo libera y lo dispersa, por lo que el control de esta enfermedad no es una tarea sencilla. Otras veces podemos encontrarnos con casos en los que la botrytis ataca a la flor (la floración es uno los momentos de mayor incidencia de la enfermedad) pero permanece latente y no se activa hasta fases más avanzadas del ciclo del cultivo, de ahí que recalquemos la dificultad de controlar la evolución del patógeno.
Lo que sí resulta más sencillo es identificar y reconocer los síntomas y los daños que la botrytis provoca en el arándano. En el fruto la reconoceremos por una más que visible pudrición que provoca el desprendimiento de la epidermis. Los frutos acaban por cubrirse de un polvo gris que les confiere un aspecto momificado. En las hojas y pétalos se observan unas manchas circulares de color café.
Fungicidas contra botrytis en arándano
El manejo de botrytis en arándano debe ir orientado a la prevención, es decir a reducir al mínimo la presencia del inóculo o, si la infección aparece, a evitar que ésta se extienda a las flores, frutos y el resto de los tejidos de la planta. Se trata de elegir el fungicida adecuado y, sobre todo, el momento oportuno de aplicación.
Si se observan los primeros síntomas de la enfermedad, si atravesamos estados vegetales sensibles o si se dan las condiciones ambientales favorables para el desarrollo de la enfermedad, Seipasa recomienda una actuación preventiva con Fungisei.
Fungisei es un biofungicida de amplio espectro, desarrollado a partir de una cepa de Bacillus subtilis de alta eficacia y pureza, que actúa desde los primeros estados de la enfermedad. La acción de Fungisei evita el crecimiento de los patógenos y actúa rompiendo la membrana celular de los hongos, además de promover mecanismos de Inducción de Resistencia Sistémica (ISR) de la planta.
El gráfico 1 muestra cómo Fungisei es capaz de reducir la incidencia de la enfermedad después de la primera aplicación. El tratamiento con Fungisei proporciona un rápido control de la enfermedad con un rendimiento que mejora a la referencia biológica con la que se ha comparado en este ensayo ejecutado en Perú sobre arándanos de la variedad Biloxi afectados por botrytis. Mantener la incidencia de la enfermedad en parámetros bajos permitiría realizar menos tratamientos y aumentar la distancia entre aplicaciones.
Gráfica 1.- Incidencia (%) de botrytis cinerea por fruto.
En la misma línea, el gráfico 2 pone el foco en la eficacia. Pasados 5 días de la primera aplicación Fungisei mantiene una eficacia que roza el 90% y, de nuevo, mejora los resultados de la referencia biológica.
Gráfico 2.- Eficacia % en el control de botrytis cinerea.
Fungisei contiene la tecnología Furity, una formulación exclusiva y patentada que toma forma en una estructura molecular capaz de proteger al activo, asegurar su estabilidad y homogeneidad, y maximizar su poder de acción una vez aplicado al cultivo.
Otra de las ventajas de Fungisei es que previene la aparición de resistencias, ya que está incluido en el grupo BM02 del FRAC (Fungicide Resistance Action Committee). Además, Fungisei no tiene plazo de seguridad: no deja residuos en la uva (no existe, por tanto, ningún posible conflicto con los LMR en los mercados de destino del arándano), se puede aplicar en momentos inmediatamente previos a la cosecha y su ingrediente activo está catalogado como Low Risk por la Comisión Europea.
Más allá de los tratamientos fungicidas para prevenir y controlar un ataque botrytis o podredumbre en arándano, existe lo que podríamos denominar el control cultural, es decir una serie de prácticas preventivas orientadas a reducir el riesgo de infecciones.
En este sentido, además de escoger la variedad más adecuada a las condiciones climáticas de la zona en la que se encuentra la explotación, es importante diseñar la poda de forma se evite la aparición de excesivas zonas de sombra en las ramas. También es muy recomendable eliminar aquellos restos del cultivo, flores o frutos infectados con el objetivo de evitar que el inóculo permanezca en el campo.