Fertilización del cereal: claves para un correcto abonado
La fertilización del cereal es una de las decisiones más importantes que los productores enfrentan al inicio de cada campaña. Tiene un peso económico muy relevante en la partida de costes, algo que resulta especialmente sensible en un momento como el actual, sometido a fuertes tensiones por el incremento de precio de los insumos y los costes de la energía y las materias primas.
En el abonado del cereal, cada céntimo invertido debe traducirse en un aumento del rendimiento, la rentabilidad y la calidad de la cosecha final. Con este objetivo, Seipasa ha desarrollado Foliplant, una formulación a partir de aminoácidos con microelementos complejados que asegura la base de una excelente nutrición en cereales extensivos y cultivos industriales.
Consciente de su nula influencia sobre los factores climáticos, el productor debe incidir sobre aquellas variables que no escapan a su control. Entre ellas figuran la preparación previa del suelo, la decisión sobre el momento de siembra, la elección de las variedades adecuadas, los tratamientos herbicidas y, como no, el plan de fertilización adecuado para el mejor abonado del cereal.
Macronutrientes y su influencia en el rendimiento del cereal
Si nos detenemos en la fertilización, la primera parada debería ser el conocimiento y análisis de las condiciones del suelo. La fertilización del cereal abarca una serie de macronutrientes (nitrógeno, fósforo, potasio – NPK) y micronutrientes (magnesio, zinc, hierro, calcio…). Conviene conocer las cantidades disponibles en el suelo, el pH o el contenido de materia orgánica para aplicar solo aquello que el cultivo necesita.
Nitrógeno, fósforo y potasio son tres de los elementos más importantes para un correcto abonado del trigo y la cebada. El nitrógeno es determinante en el desarrollo y crecimiento de la planta, aunque necesita interaccionar con el potasio.
El nitrógeno es un elemento muy móvil y, por lo tanto, muy fácil de perderse en grandes cantidades por lavados o escorrentías. Conviene conocer al máximo cuánto extrae el cultivo y llevar a cabo el mencionado análisis del suelo de manera previa a la primera fertilización. En el abonado de los cereales de invierno, la mayor demanda de nitrógeno se produce entre el comienzo del encañado y la floración, si bien se recomienda repartirlo en dos coberteras para minimizar el riesgo de lavado que pueden traer consigo las lluvias.
El fósforo favorece el desarrollo radicular, ayuda a la planta a tomar los nutrientes esenciales y le aporta vigor. Es muy importante durante la germinación y la nascencia. Es recomendable un aporte cuando el suelo está bloqueado y su puesta a disposición de la planta queda limitada. Por su parte, el potasio es un elemento esencial en el crecimiento y la calidad de la planta que, además, activa la resistencia frente a enfermedades o diferentes tipos de estrés.
En todos los casos, y partiendo siempre de las expectativas de rendimiento que se persiguen, debemos analizar y conocer por anticipado cuáles son las necesidades del cultivo en cuanto al aporte de NPK para poder planificar así las dosis y las aplicaciones antes de la siembra.
Cómo asegurar la mejor nutrición para los cereales
Completado este análisis previo, es hora de escoger los fertilizantes más adecuados para cada caso. Seipasa ha desarrollado Foliplant, una fórmula de aplicación foliar específica y equilibrada en microelementos y aminoácidos que actúa sobre el crecimiento equilibrado del cereal.
Foliplant se aplica junto el herbicida de post-emergencia y aporta dos grandes ventajas dentro del programa nutricional del cereal. Por una parte, incrementa la eficiencia del tratamiento herbicida y, por la otra, aporta la energía necesaria para que la planta supere el golpe del estrés provocado por la aplicación de este tratamiento y continue con su desarrollo de una forma equilibrada y homogénea.
La formulación de Foliplant lo convierte en una alternativa altamente eficiente en la aplicación: ayuda a reducir la tensión superficial, mejorando la mojabilidad y la adherencia. Gracias a ello, Foliplant se absorbe muy bien por vía foliar y facilita la entrada de las sustancias activas.
La segunda de sus grandes ventajas apunta a su acción bioestimulante para minimizar al estrés provocado por los tratamientos herbicidas en los cereales. La clave aquí reside en el óptimo equilibrio de su formulación entre micronutrientes esenciales complejados y aminoácidos, que actúan como reservorio de nitrógeno, optimizan la absorción de nutrientes, mejoran la producción de clorofila, la eficiencia de la fotosíntesis y además, contribuyen a mitigar las situaciones de estrés vegetal.
La aplicación de Foliplant dentro del programa de fertilización del cereal asegura la nutrición del cultivo y aporta la energía y elementos necesarios y claves para obtener una mayor calidad y cantidad de grano en la producción final.