Picudo del chile: evita que esta plaga arruine tu cosecha

México se ha consolidado como el principal exportador de pimientos frescos, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. En este escenario, es perfectamente entendible que cualquier amenaza contra una de sus principales fuentes de alimento y riqueza del país se convierta casi en una cuestión de estado. El picudo del chile es una de esas amenazas reales y por ese motivo se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de los agricultores mexicanos, pero también de otros países de América Central y el resto del continente americano, donde está más extendida.

El picudo del chile, Anthonomus eugenii en su nombre científico, tiene especial predilección por las plantas de la familia de las solanáceas y, dentro de ellas, se alimenta especialmente de aquellas que pertenecen a la familia de las Solanáceas, especialmente al género solanum o capsicum como la berenjena y el pimiento o el chile. Su aparición y ataque abarca un período bastante amplio, ya que considera desde el inicio de la formación de los frutos hasta casi el final de la cosecha por lo que, en los casos más extremos, puede provocar pérdidas casi totales de la producción. 

El control del picudo en chile exige, en primer lugar, conocer su letalidad a través del funcionamiento de su ciclo biológico: cada hembra puede poner más de 350 huevos, con un tiempo de generación de 14 días en regiones con temperaturas más altas y de hasta 6 semanas en zonas más frías. 

El daño más visible es la pérdida del fruto, bien porque comercialmente quedan inservibles por la aparición de pequeños agujeros en los cuales emergen los adultos tras el depósito de los huevos, o bien porque caen al suelo. Además de este marchitamiento prematuro, los orificios generados por los adultos tras la oviposición son especialmente sensibles porque facilitan la entrada de enfermedades. Los insectos adultos también generan daños severos por las picaduras que utilizan para alimentarse sobre los botones florales y frutos todavía inmaduros.

Insecticidas para el control del picudo del chile

Ante la aparición de los primeros individuos es necesario actuar para controlar el picudo en chile y detener el avance de la plaga. Seipasa recomienda la aplicación de Pirecris, un bioinsecticida con un potente efecto de choque para reducir las poblaciones del picudo del chile. 

Pirecris es una alternativa de control 100% natural cuyo poder de acción reside en su exclusiva formulación y perfecto balanceado de las moléculas PI y PII que componen la sustancia activa, y que aportan la máxima eficacia en cualquier estadio de desarrollo de la plaga sin dejar residuos en la cosecha.

El gráfico 1 muestra los resultados de Pirecris para el control de picudo del chile en fase de larva. Además de igualar la eficacia de la referencia química, el bioinsecticida de Seipasa detiene la evolución y ciclo biológico de la plaga desde la primera aplicación.

Gráfico 1.- Picudo del chile. Evolución de las poblaciones de larva en el cultivo de chile. 

Sobre los mismos parámetros, el gráfico 2 pone el foco en la eficacia sobre las poblaciones adultas. Pirecris reduce notablemente la incidencia de la plaga a partir de la segunda aplicación y, de nuevo, con una eficacia similar a la de la referencia química presente en este ensayo. 

Gráfico 2.- Picudo del chile. Evolución de las poblaciones adultas en el cultivo de chile. 

Pirecris en una solución con sello OMRI y Ecocert, y su uso está certificado para agricultura ecológica. 

Contra el picudo del chile también existen una serie de medidas preventivas o prácticas culturales que ayudan a complementar la eficacia de los tratamientos. Es muy recomendable eliminar toda la maleza del terreno y perímetro, así como destruir los frutos caídos al suelo, que pueden actuar como reservorio de la plaga, con el objetivo de hacer desaparecer las poblaciones de larvas, pupas o adultos. Más allá de las revisiones y muestreos intensos, es también aconsejable el uso de trampas para capturar adultos.