Furia y pureza: así es Furity, la tecnología patentada, innovadora y revolucionaria que Seipasa ha aplicado en el desarrollo y formulación del fungicida microbiológico Fungisei. Repasamos los puntos más importantes que ayudan a entenderla.
1.- ¿Cuál es el valor añadido que aporta la tecnología Furity?
Sin duda, la formulación exclusiva y diferencial. El mejor ingrediente activo del mundo no sirve de nada sin un buen formulado. El objetivo de un formulado es el de vehiculizar el activo, arroparlo y adecuarlo a un entorno que le permita desarrollar todo su potencial.
La tecnología Furity presente en el biofungicida Fungisei ha permitido a Seipasa diseñar una estructura molecular capaz de proteger al microoganismo y asegurar su estabilidad y homogeneidad. Furity permite que las esporas se mantengan inactivas y en perfecto estado de conservación hasta que se ponen en contacto con el agua en el tanque de aplicación.
La aplicación de un producto de origen microbiológico y su resultado en el campo son procesos muy complejos donde, a diferencia de los principios activos basados en la química de síntesis, existen muchos factores a tener en cuenta.
Partimos de la base según la cual un activo microbiológico es un ser vivo que, desde el mismo momento de su aplicación en el tanque de tratamiento, se va a encontrar en un medio hostil. ¿Por qué? Porque puede encontrarse con agua contaminada o puede ser mezclado con otra clase de fungicidas o compuestos químicos que afecten a su viabilidad. Tras su aplicación va a ser sometido a factores como los elevados índices de radiación solar ultravioleta, que pueden ser extremos. También puede encontrarse con una microbiota que competirá por el nicho ecológico. Todo ello son condicionantes adversos que afectarán a la viabilidad y al resultado final del producto.
Lo que Seipasa ha conseguido gracias a la tecnología Furity ha sido desarrollar una formulación que estabiliza al activo dentro de esos medios adversos y potencia su viabilidad, de forma que le permite instaurarse y desarrollar todo su potencial, es decir llegar al foco y actuar contra la enfermedad con la máxima eficacia.
2.- ¿Cómo actúa el producto a partir de su modo de acción?
La tecnología Furity confiere al fungicida microbiológico Fungisei tres modos de acción de carácter preventivo y curativo. El primero de ellos es el antagonismo, que se basa en la colonización del espacio y la competencia directa por los nutrientes. Aporta al producto una acción preventiva: permite una implantación previa y potente del microorganismo, que consigue ocupar el espacio e impide la instalación de los patógenos.
El segundo modo de acción es la inducción sistémica de resistencia en la planta (ISR). También es preventivo. Una vez que el microorganismo está presente en la planta, ésta lo detecta como un posible patógeno y enciende sus señales de alarma. En ese momento, la transcriptómica de la planta empieza a cambiar y a generar defensas porque cree que va a ser atacada. Todas esas defensas servirán posteriormente para proteger a la planta frente a la aparición de un patógeno real.
El tercer modo de acción es la antibiosis y confiere al producto una acción curativa a partir de su efecto fungicida y bactericida. Comprende varios mecanismos de control biológico a partir de la generación de antibióticos naturales con capacidad para inhibir el crecimiento de hongos y bacterias. Entre esos antibióticos se encuentran los lipopéptidos, que consiguen romper la membrana del hongo fitopatógeno y desencadenan su muerte celular.
3.- ¿Qué ventajas aporta esta tecnología al agricultor en su día a día?
Furity es una tecnología que facilita la vida al agricultor. Más allá de la formulación, existe un requisito esencial para maximizar el uso de un producto, y ese requisito es la facilidad de manejo y la seguridad de uso.
Furity elimina esas barreras y permite que el biofungicida Fungisei sea muy sencillo de usar. ¿Por qué? Porque es ampliamente compatible con otros productos fungicidas de síntesis, se disuelve inmediatamente y se mezcla muy bien sin necesidad de removerlo o hidratarlo previamente. Lo puedes dejar en la cuba o tanque, retomar la aplicación 24 horas después y comprobar que el producto sigue estable y que no se ha separado en fases. Además, no deja restos o manchas en los cultivos tras su aplicación.
La tecnología Furity es, además, muy visual. El agricultor, tan solo con observar la formulación de Fungisei, lo va a detectar inmediatamente. Visualmente es una tipología de producto diferente a lo que entendemos por un agroquímico. Furity está basado en tecnologías de formulación de la industria farmacéutica que aportan un plus de seguridad al producto y que lo diferencian totalmente de los fungicidas biológicos presentes en el mercado.
4.- ¿Qué valor le otorga al producto disponer de una patente?
La licencia de uso la aporta el registro fitosanitario, pero la patente confiere exclusividad. Reconoce el valor tangible de la innovación, el valor de haber desarrollado algo novedoso, diferente, y de haber sido capaces de ponerlo en manos de la sociedad. Todo eso está recogido en la tecnología Furity y en la patente que hay detrás de Fungisei.
5.- ¿Por qué se presenta ahora al mercado?
Con el nombre Furity Seipasa quiere hacer más comprensible la compleja tecnología patentada que da vida a Fungisei y transmitir su valor diferencial en el momento en el que lanzamos el producto al mercado europeo. Conviene recordar que en los últimos meses Seipasa ha obtenido el registro fitosanitario en España, Portugal y Francia, tres mercados muy representativos dentro del continente europeo.
Furity pone el acento no solo en el activo, es decir en la cepa de alta eficacia de Bacillus subtilis, sino en el formulado exclusivo que vehiculiza el activo y potencia su efecto. Se trata de un registro fitosanitario a partir de un microorganismo considerado como Low Risk por la UE y que ha representado casi 10 años de inversión, tiempo y esfuerzo por parte de todos los equipos de la compañía.